do por las lucrativas aventuras de Drake, seguía sus huellas por el Estrecho. El Hernández fugó de los buques del corsario en un puerto de Chile y fué se á llevarle noticia al gobernador de Chile. Por más que Hernández aseguró entonces que habían perecido todos sus compañeros, los chilenos se empeñaron en que habían de estar vivos, y sumándolos á los náufragos de las anteriores expediciones, aumentaron la legión de los imaginarios Césares.
Fueron pasando años. En 1594 Ricardo Harvkins cruzó al Estrecho; pero en las costas del Perú fué apresado por el almirante Heredia y conducido á Lima, y cuentan las crónicas que cuando al virrey, que era el vencedor de Arauco, segundo marques de Cañete, llegó la noticia á las diez de la noche, avisó á la catedral y monasterios repicasen las campanas, y acompañado del pueblo, anduvo las estaciones á caballo, dando gracias á Nuestro Señor por la victoria.
En 1599 Mahú y Cordes, ton una expedición holandesa, primera de la serie enviada por las Provincias Unidas á América para debilitar á España que sacaba de allí los tesoros para sus guerras, entraron al Pacífico por Magallanes, siendo batidos por los chilenos de la ciudad de Castro. Tras de Mahú y Cordes, los holandeses volvieron á hacer