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APUNTES ETNOLOGICOS

Figúrense los ayes: los ñeks que emite el pobre paciente durante semejantes curas... Y ¿con qué efecto? Siendo por lo ordinario estos dolores de vientre, producidos por indigestiones, ese masaje repetido hasta, como se dijo, el cansancio, unido a rigurosa dieta y descanso indeterminado, produce efecto saludable, sana el enfermo si se ha curado en tiempo, es fuerte de complexión, tanto más si es joven. Pero si el enfermo es viejo, endeble, de enfermedad avanzada, después de algunos días de esas curaciones, viéndolas inútiles, y empeorando más y más, sin esperanzas de mejoría,entonces se viene al expediente extremo de la compasión.


KOOTCHEN o SOFOCACIÓN


Este consiste en poner dos dedos (el pulgar y el índice) en el cuello del enfermo desahuciado, apretarlo fuertemente hasta sofocarlo. Este llaman expediente de compasión, porque realmente, según ellos, que ya no tienen esperanzas, creen hacer un bien al paciente, ahorrarle ulteriores y más largos sufrimientos.

Estaba el viejo Abuelo muy gravemente enfermo de pulmonía y nosotros, habiéndo alcanzado con mucho esfuerzo que desde la tolderia de los Indios, lo trajesen a una de las casitas que le habíamos preparado, lo cuidábamos de día y noche con las atenciones que nos eran posibles.


OFICIO CRUELMENTE PIADOSO


Cuando pasados unos días que estaba allí, empeorando siempre más y sufriendo inmensamente, aun que no ofreciera todavía síntomas de próximo desenlace fatal, el segundo de sus hijos (mozo de unos 18 a 20 años) viéndolo así, y aprovechando de un momento que lo habíamos dejado, para abreviarle el sufrir, aprestóse a la cruel operación, ya le había puesto los dos dedos (pulgar e índice) en la garganta y listo para ponerle la rodilla derecha sobre el estómago, cuando, como quiso el Buen Dios, vuelto yo apresuradamente, lo encuentro in fraganti! Alto tú, le grito, qué estás haciendo bárbaro, matas a tu padre!...

No es para decirlo, como quedaría el desdichado viéndose sorprendido, dejó en el acto y se escapó.

Vivió todavía tres días, durante los cuales, preparándolo, como mejor nos fué posible, le administramos el Santo Bautismo, llamándolo José Abuelo.


PRIMERA SEPULTURA CRISTIANA ENTRE LOS ONAS


Fallecido que hubo, Vlech, nos fué menester no abandonarlo, sino velarlo aquella noche, porque, según acostumbran los Indios, apenas ha fallecido uno, lo envuelven (Eccherr) con sus capas y lo atan con sus lazos y lo llevan a enterrar, ordinariamente en un valle, o a los pies de un monte, cavan una fosa de un metro casi de profundidad, para esconderlo y defenderlo de la voracidad de los perros y de los zorros. Entre tanto el Hermano Carpintero hizo el ataud y al día siguiente, encajonado el difunto, presentes sus hijos, Pablo el primero y Sebastián el segundo, (aquel que se había prestado para aplicarle el nefando servicio de estrangularlo), le cantamos las exequias, y luego procesionalmente lo hice llevar por los mismos y con otros dos, acompañándolo todos los demás Indios con religiosa observancia, al sepulcro que de antemano habíamos hecho preparar. Esta fué la primera sepultura de Indios Cristianos.

El finado, entre los suyos había sido Capitán y se llamaba Tron—niah. Hombre de alta y bien formada estatura., a la fecha rayaba entre los 75 y 80 años de edad, llevaba el distintivo de Capitán, la capa de zorro, el wuash-sor, con lo que fué envuelto y sepultado.

Es costumbre de estos Indios que apenas uno ha muerto y llevado a la sepultura, quemarle la casa y todo cuanto le había pertenecido, lo que sabiendo nosotros tratamos de im-