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APUNTES ETNOLOGICOS

y, purificada antes por el fuego, no menos que por el agua, da la escalada al Empíreo, para formar el Cielo su nocturno imperio, y dominar desde allí, soberanamente al mundo hasta que dure el tiempo. Esta es la Luna. Vedla allí, ostentando en las noches serenas su majestuosa pujanza, y de allí continuar su ira, cebándose en la sangre de sus odiados enemigos.

Para ellos (los Onas) no hay Dios, dice ¿Pero puede Vd. decirlo? Me parece que no. Es demasiado atrevida la proposición, es propasarse. Y sino ¿Conoce Vd. algo del rico Idioma?--- Pues los Shelknam, no Onas, que para ellos es un apodo, los Shelknam tienen brillante entre sus voces, el nombre — Shion — el estrellado Cielo, nueva patria de la gloriosa Luna y del fúlgido Sol, su esposo, no menos que del héroe Kuanip y de muchos Shelknam, que después de haber ilustrado su tierra, centellan ahora en el Cielo, hermoseando el firmamento.

Y si de la figura pasamos a la realidad, encontraría Vd. a no dudarlo, en la etimología de muchos nombres, una admirable filosofía, ¿qué digo? hasta la teología, la ciencia divina vería Vd. que no le es extraña. Por ej.: El nombre Jon y Jhown; de dónde tiene su derivación? No creemos estar lejos de lo cierto, o, a lo menos, en lo muy probable, hipotéticamente hablando, la que nos sugiera la idea. Estos Indígenas tienen, por su mimologismo y onomatopeya natural, una grande facilidad de forjarse nuevas palabras, según la necesidad se lo requiera. Pues bien, fundados ellos sobre la idea, que de la Divinidad les habíamos inspirado, se formaron el nombre de Dios con la voz Jowh'n, o Jhow'kon. Ser grande y de ahí Jhowkon-klal Hijo del Ser Grande, sin darse cuenta de ello, a nuestro parecer.


JEHOWA


Ahora bien, profundizando, o mejor dicho, escudriñando bien ese fondo obscuro de la misteriosa voz Jhow'n, creemos poderse deducir que ese nombre de Dios, a nuestro parecer, tan fácilmente forjado, no debe ser, otra cosa que el hombre de Jehowá. Nombre SS. que nadie podía pronunciar, sino el Sumo Sacerdote de los Hebreos, y eso, tan solo, en las más solemnes festividades del año.

Esta idea nos viene sugerida por la inducción, habiendo notado el fácil enmudecimiento de algunas vocales, y de la e especialmente, cuando van seguidas por otras vocales. En el caso nuestro, en Jehowá encontramos la vocal e, seguida por la h muda y la o vocal fuerte. Esta produce realmente el enmudecimiento de la e que precede y hace pronunciar fuerte la aspirada ho, pronunciándola con la J o Jhow y la mutilación de la vocal a final, puede haberse producido con el pasar de los tiempos y con el cambiarse de las generaciones.

Si esto fuera así como justamente se puede conjeturarse, obvio sería que con la inconsciente conservación tradicional del nombre, se conservara la idea de la divinidad de un modo latente, sino en todos los Onas, a lo menos en muchos de ellos. Despertada esa idea por las instrucciones de los Misioneros, se patentizaría, facilitándose la reconstrucción del nombre Jehowá, corrompido en Jhow'n, eliminando la e y suprimiendo la a final y añadiendo el adjetivo kon, grande por antonomasia, aplicado al ser Supremo por excelencia, con la elsión de las letras ko, contraídas en la 'n anteapostrofada, formando Jhow'n. Procedimiento este muy usado en el hablar familiar de esos Indígenas para evitar el híato en la conversación.

Ahora tenido cuenta de estas reflexiones, que fluyen de por sí mismas, me permitiría preguntar al Sr. Bridges, si continuaría a sustentar los juicios tan erróneos, como injustos, que sobre los Onas ha emitido, insultándolos tan cruelmente, mientras a la verdad demostró no haberlos ni conocido.

Si ha sido leal, como quiero creerlo, tendría que admitir, cuando menos, que su opinión ha sido muy precipitada, irreflexiva e injusta.

A los Sres. P- Hyadesy y J. Deniker también me permitiría aplicarles, si es que mi voz pudiera llegar a sus oídos, lo que prudentemente ellos mismos en su Obra sobrecitada, Misión Scientifique, etc., han dicho refiriéndose a lo que afirma el Sr. A. Reville, es decir, que: «Una de las causas principales el error por que a ciertos pueblos no civilizados se les rehusa el sentimiento religioso, es la falta de paciencia, de preparación especial y de observación metódica de muchos viajeros y Misioneros». (Religions des peuples non civilisés).