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APUNTES ETNOLOGICOS

punto, veintiún piés, y cinco que tiene en la baja, son veintiséis pies de agua, de que puede disponer un vapor en la marea grande, por cuatro horas y hasta llegar a la antigua Casa, es decir, a los seis kilómetros río arriba.

La Misión Salesiana, además de ser el Asilo seguro de todos los Indígenas, es también el Centro obligado de cuantos viajan por la Tierra del Fuego, Turistas, Expedicionarios, Estancieros y Trabajadores de toda clase, que de allí pasan y quedan algún tiempo, algunos para instruirse, o para buscar ocupaciones otros, pero todos bien recibidos y tratados.

Los Misioneros han abierto y hecho práctica la entrada en ese río y puerto seguro; han hecho conocer además ese Territorio, hasta hace poco desconocido, avaluado ese campo, que es, a no dudarlo, el mejor de toda la Patagonia y Tierra del Fuego.

En Wanwkay, desde hace dieciséis años permanece el asiento principal de la Misión. Tiene ahora otros dos puntos más, el de Río del Fuego y el del Lago Fagnano en Kakenchow.

Después del descanso tenido y del vistazo dado al Oroski y Chawrka—Río Grande y su boca, sigamos nuestro viaje costero hacia el Sur y Suroeste, porque así va inclinándose la costa fueguina. Dejado atrás el Cabo Peñas, a poco andar nos hallamos a la vista del Kolpey (punta de cuchillo) o del Cabo del Medio y un poco más abajo se encuentra el Yeshket, al lado del cual echa sus aguas el Río del Fuego. A esta altura, más o menos, está el Cabo Kayel, el cual antiguamente cuando aun era hombre —así lo creen los Onas—fué padre de Kuanip, el héroe de los Onas, como cuenta el Capitan Minkiol.

Acá llegados no nos conviene pasar bajo silencio un punto muy importante, y que en adelante lo será mucho más, quiero decir del Kakenchow o al presente Lago Fagnano. Al rededor de ese Lago ha habido y hay todavía muchos Campamentos, frecuentadísimos en Verano; que ahora para no ser largo me limitaré a nombrar los dos principales que son el Achkekukin al lado Norte del Lago y el Kakamen al Sur del mismo.

Mas, continuemos adelante, que a poco andar de allí se encuentra el Tanshenk, o Cabo Santa Inés, y siguiendo costa abajo se halla el Tehish, o Cabo San Paulo, luego, continuando hacia el Sur Suroeste, viene el Cabo San Policarpo o según los Indios Taukank.

De acá, después de una breve vuelta, se presenta a la vista el Cabo San Diego, que los Indígenas Onas llaman Yaiwaá y los Yahgan Onouchkeu, que quiere decir Confín del País de los Onas, o porque este Cabo adelanta más en la mar, o porqué realmente entendiesen que hasta allí tan solo llegaba, para empezar luego el propio. De este punto se puede ver como un gigante que anda vagando entre las nieblas del Sureste, el Yayiwak, o Cabo San Antonio, punta extrema Noroeste de la Isla de los Estados, separada la Tierra del Fuego por el Canal de La Maire.

Doblado el Cabo San Diego nos encontramos en la Bahía Thetis, que también tiene dos nombres, según (como creo) la nombran los Onas, que es Ohwolk, o los Jhagans que es Klawelk. Viene enseguida la otra Bahía llamada de Buen Suceso o Chowüth según los indios.

Cerca del Chowüth, se halla otro Campamento Indígena muy frecuentado que es el Korchen.

Partiendo del Chowüth después de pocas millas de rumbo Sur y doblando esa extrema punta en que remata la Tierra Fueguina, se halla uno como por encanto en la Bahía Valentín dominada por el monte Campana que, como centinela avanzado, defiende el Onechin del turbulento mar, que en esos parajes por las múltiples corrientes de vientos que allí airosamente se chocan, es casi siempre muy bravo.

Salidos de la Bahía Valentín, ya en pleno rumbo Oeste, a poco andar se entra en la extensa Bahía Aguirre, en la cual a mitad del siglo pasado, tentaron un ensayo de Misión los Protestantes Ingleses, pero que no les dió resultado. Continuando la ruta Oeste se encuentra abierta la pequeña Bahía Sloggett, la que adquirió en esos últimos treinta años nombre por sus ricos lavaderos de oro en cuya busca acudieron mucha gente con varia fortuna. De aquí hemos entrado ya en el Onachaga o sea según los Yahguns en el Canal de los Onas, o de Beagle. Prosiguiendo ahora por el Onachaga, dejando a la izquierda la Isla Nueva, luego la Picton y entre una y otra (al sur de esta y a poniente de la otra) la Lennox, famosa también, desde algunos años, por sus lavaderos de oro, los que atraen allí muchos codiciosos aventureros, encontramos la Bahía Harberton y Península de Cable, en la que del 1886 se retiraba con su familia el Sr. T. Bridges, Pastor, que fué por casi treinta años, de la Misión In-