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LOS HERALDOS NEGROS
DESHORA
Pureza amada, que mis ojos nunca
llegaron a gozar. Pureza absurda!
Yo sé que estabas en la carne un día,
cuando yo hilaba aún mi embrión de vida
Pureza en falda neutra de colegio;
y leche azul dentro del trigo tierno
a la tarde de lluvia, cuando el alma
ha roto su puñal en retirada