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trio. Los votos de los generales, que aquí somus dice, es. tán encontrados y empatados. quierer los unos que se de la batalla ; los otros lo resisten . Si no la damos , temo po se levante en Atenas alguna gran sedicion que pervierla los ánimos y nos obligue á entregarnos alMedo; pero si la damos antes que algunos Alenienses se dejen corromper, espero en los dioses y en la justicia de la causa, que po dremos salir del combate victoriosos. Digole , pues, que todo al presente estriba en ti , y depende de tu volo : si votas á mifavor, por ti queda libre tu patria, y por ti ven drá á ser la ciudad primera y la capital de la Grecia ; pero şi sigues el parecer de los que no aprueban el choque, sio duda serás el autorde tanto mal cuanto es el bien contra rio que acabo de expresarle.»

CX. Con este discurso Milciades trajo á Calimaco á su partido, con la adicion de cuyo voto quedó decretado el combate. Los generales cuyo parecer habia sido que se diese la batalla , cada cual en el dia en que les locaba la Pritania (ó mando del ejército ) cedian sus veces á Milcia des, quien , aunque lo aceptaba, no quiso con todo cerrar con el enemigo hasta el dia mismo en que por su turno le tocaba de derecho la Pritania .

CXI. Al tocarle empero su legitimo turno , formó para la batalla las tropas atenienses del siguiente modo : en el ala derecha mandaba Calimaco el Polemarco , pues es cose lumbre entre los Atenienses que su Polemarco dirija esta ala ; tras aquel jefeseguian las filas (6tribus), segun el ór den con que vienen numeradas; y los últimos de todos eran los Plateenses, colocados en el lado izquierdo. De esta batalla se originó que siempre que los Atenienses ofrecen en sus panegires (ó juntas generales) los sacrificios que se celebran en cada Pentetérida (ó quinquenio ), el pregonero ateniense pida á los dioses la prosperidad para losAtenien . ses y juntamente para los de Platea. Ordenados así en Ma raton los escuadrones de Atenas , resultaba que constando