CXXXIX. Despues que los Pelasgos dieron la muerte *
sus hijos y mujeres, sucedió que ni la tierra les rendia los
frutos de ántes, ni susmujeres ni sus rebaños eran fecun
dos, como solian primero . Fatigados, pues, del hambre y
de aquella esterilidad , enviaron á Delfos para ver como
librarse de las calamidades en que se hallaban. Mandoles
la Pythia que se presentasen á los Atenienses y les diesen
la satisfaccion que tuvieran éstos por justa . En efecto , fue
ron á Atenas los Pelasgos y se ofrecieron de su vcluntad
á pagar la pena correspondiente á su injuria . Los Atenien
ses, preparando en su pritáneo unas camas las más ricas
que pudieron para recibir a los convidados, y poniendo una
mesa llena de todo género de comidas,mandaron a los Pe .
lasgos que les entregasen su país tan ricamente abaste
cido como lo estaba aquella mesa; á lo que respondieron
los Pelasgos: – « Siempre que una nave de vuestro país con
el viento Bóreas llegue al nuestro en un dia, prontos esta
remos para verificar la entrega que pretendeis[1] .» Res
puesta astuta y capciosa , sabiendo ser imposible la con
dicion , por estar el Atica hacia el Mediodía más acá de
Lemnos.
CXL. Por entonces quedó así el negocio ; pero muchísi mos años despues , cuando el Quersoneso del Helesponto vino á ser de los Atenienses , Milciades, hijo de Cimon , sa lido de Eleunte , ciudad del Quersoneso , con los vientos Etesias, púsose en Lemnos é intimo á los Pelasgos que de jasen la isla , haciéndoles memoria del oráculo , que ellos estaban léjos de creer que pudiese jamás cumplírseles . Obedecieron entonces los de Efestia; pero los de Mirina[2],
- ↑ Esta narracion de Herodoto , con la que conviene Cornelio Nepote , aunque tal vez fabulosa, imita no mal el carácter supers ticioso y la simplicidad heróica de los antiguos.
- ↑ Mirina lleva en el dia el nombre comun de la isla de Lem nos: Efestia , en la parte septentrionalde la isla , se llamaCoquina