Página:Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo II (1898).pdf/188

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
186

Aqui cstán mis hijos, ofrece lú los tuyos, y hagamos la siguiente apuesta: si fuere el que pretendes el éxito de la jornada, convengo en que mates á mis hijos y á mi des pues de cllos ; pero si fuere el que yo pronostico , obligale tú á que los luyos pasen por lo mismo, y con ellos lú lam bien si vuelvcs vivo de la expedicion . Si no quisieres aceptar el partido y de lodas maneras salieres con lu prc tension de conducir las tropas contra la Grecia , desde aho ra para entónces digo que alguno de los que por acá que . daren oirá contar de li, on Mardonio , que despues de una gran derrota de los Persas nacida de lu ambicion , has sido arrastrado у comido de los perros y aves de rapija , o co algun campo de los Atenienses, ó cuando no, de los Lace. demonios , si no cs que antes de liegar allá lc salga la muerte al camino , para que aprendas por el hecho contra qué hombres aconscjas al rey que haga la guerra.»

XI. Irritado alli Jerges y lleno de cólera :-— « Arlabano , le responde , válgate el ser hermano de mi padre; este res peto hará que no lleves lu merecido por eso tu parecer nccio é injurioso ; si bien desde ahora le hago la gracia ignominiosa de que por cobarde y ſementido no me sigas en la jornada que voy a emprender yo contra la Grecia , ántcs le quedes acá de asiento en compañia de las muje . res, que yo sin la luya daró fin á la empresa que llevo di cha. Renegara yo de mímismo y me corriera de ser quien soy, hijo de Dario y descendiente de mis abuelos listas pes, Arsamenes, Armines, Telspis y Aquemenes, si no pu diera vengarmeá elios y á mi de los Atenicnscs; y tanto más por ver bien claro que si los dejamos en paz nosotros los Persas, no dejarán ellos vivir a los Persas en paz, sino que bien pronto nos invadirán nuestros Estados, segun nos podeinos promeler de sus primeros insultos , cuando moviendo sus armas contra el Asia nos incendiaron á Sar des . En suma, ni ellos ni nosotros podemos ya volver atrás del empeño que nos obliga ó á la ofensa ó á la defensa ,