ambicion poniendo limites à la prospera fortuna. Con esto signilico que al paso que se aumenta la tierra subyugada empleando más largo tiempo en las conquistas , á ése mismo paso sc nos irá introduciendo el hambre. Esto bueno es tenerlo previsto , pues claro está que aquel debo pasar por mejor politico, á quien en la consulta impone temor todo lo que prevé que podria salirle mal y a quien en la ejecucion nada le acobarda.»
L. Respondió Jerges por su parte : - « No puede ae garse, Arlabano, que hablas en todo con juicio , si bien no debe temcrsc todo lo que puede suceder, ni contar igual mente con ello , pues cl que en la deliberacion de todos los casos que se van ofreciendo quisiese siempre atenerse á cualquier razon en contrario , esc lal jamás baria cosa de provecho . Vale más que , lleno siempre de ánimo, se ex ponga uno á que no le salgan bien la mitad de sus empre sas, que no el que licno siempre de micdo y sin empren der cosa jarnás , no tenga mal éxito en nada . Aun hay más: que si uno porfia contra lo que olro dice y no da por su parte una razon convincente que asegure su parecer, ésle no se cxponc ménos á errar que su contrario, pues corren los dos parejas en aquello. Soy de opinion que ningun hombre mortal es capaz de dar un espediente que nos ase gure de lo que ha de suceder . En suma, la fortuna por lo comun se declara á favor de quien se exponc a la empre sa, y no de quien en lodo pone reparos y á nada se alre ve . ¿Ves á qué punto de poder ba llegado felizmente el imperio de los Persas? Pues digole que si los reyes mis predecesores hubiera ! pensado como tú , o al menos se nubicran dejado llegir por unos consejeros de Il mismo humor. gamás vicran el Estado tan floreciente y poderoso . Pero eros se arrojaron á los peligros, y su osadia engran deció el imperio ; que con grandes peligros sc acaban las grandes empresas. Emulo yu , pues , de sus proezas , em prendo la expedicion en la mejor estacion del ato ; yo, cou
