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aquella suspension de armas con ellos , se les añadiera a las desgracias anteriores algun nuevo tropiezo en la guerra contra el Persa . Añaden que los embajadores de Esparta respondieron en su Senado, que por lo tocante al tratado de paz darian parte á su república; pero que acerca del mando del ejército , venian ya con el encargo de responder en nombre de los Espartanos, que estos tenian sus dos re yes, no teniendo sino uno los de Argos; que no era posible despojar del imperio á ninguno de los dos, y que ellos no se opondrian á que el rey de Argos tuviese un poder y mando igual al de los suyos[1]. Por estas razones, añaden los Argivos que,no pudiendo sufrir la insolencia y soberbia de los Espartanos, ántes quisieron ser gobernados de los bárbaros, que ceder en nada á los Lacedemonios, y que en fuerza de esta resolucion , intimaron á los embajadores que antes de ponerse el sol saliesen de los dominios de Argos, pues de otra manera les mirarian como enemigos.

CL. Hé aquí cuanto refieren los Argivos sobre este caso ; pero corre por la Grecia otra historia , á saber, que Jerges, antes de emprender la expedicior. contra ellos, en vió un heraldo a la ciudad de Argos, quien llegado allá les habló en estos términos: - « Caballeros Argivos , mándame el rey Jerges que os diga de su parte lo siguiente: Nosotros los Persas vivimos en la inteligencia de que Perses, de quien somos descendientes , era hijo de Perseo , el hijo de Danae , y que Perses tuvo por madre á Andrómeda, la hija de Cefeo; de donde venimos nosotros á ser descendientes vuestros. Siendo pues así, no será razon ni que hagamos


  1. No se comprende cómo los embajadores insisten tanto en sus dos reyes Espartanos, cuando pocos años ántes se habia to mado la providencia de que uno de los dos solamente saliera & campaña; niménos como el rey de Argos, rey de nombre sola mente, quisiera igualarse en el mando al de Esparta, á no decir que eran estas razones pretextos estudiados para conseguir cada parte su pretension .