se con libertad , saliéndose de la liga, se declararon por los Medos.
LXXIV. Los que se hallaban en el islmo no perdona ban trabajo ni fatiga alguna, como hombres que veian que en aquello se libraba su suerte, mayormente no espe rando que sus naves les acudiesen mucho en la batalla ; y los que estaban en Salamina , por más que supiescn los preparativos del islmo, estaban amedrentados, no tanto por su causa propia como respecto al Peloponeso. Por al. gun corto tiempo, hablando los unos al oido de quien á su lado tenian, admirábanse de la imprudencia y falta de acierto en Euribiades; pero al fin reventó y salió al públi la murmuracion. Juntose la gente á consejo , y todo era altercar sobre el asunto . Porſiaban los unos ser preciso hacerse á la vela para el Peloponeso , exponerse alli á una batalla para su defensa ; pero no quedarse en donde esta ban para pelcar a favor de una region tomada ya por el enemigo . Empeñábanse, por el contrario , los Atenienses , los Eginetas y los Megarenses en que era menester rebatir al adversario en aquel puesto mismo.
LXXV. Entonces, como viese Temistocles que perdia la causa por los votos de los jefes del Peloponeso , salióse ocultamente del congreso , y luego de salido despacha un hombre que vaya en un barco á la armada de los Medos, bien instruido de lo que debia decirles. Llamábase Sicinno este enviado[1], y era siervo y ayo de los hijos de Temisto . cles, quien , despues de sosegadas ya las cosas, hízolo ins . cribir entre los ciudadanos de Tespias, en la ocasion en que éstos admilian nuevos vecinos, colmándole de bienes y de riquezas. Llegado allá Siciono en su barco, habló en esta conformidad á los jefes de los bárbaros: — « Aquí vengo
- ↑ Plutarco y otros autores pretenden que fuese este Sicinno de nacion Persa , comprado como esclavo por Temistoc es , á quie nes se opone Eschilo, que le llama Griego.
