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bos , que ni encierra tanto oro en todas sus minas el globo entero de la tierra , ni cuenta entre todas sus regiones al guna ni tan bella, nitan feraz, ni tan preciosa , á trueque de cuyo tesoro y de cuya provincia quisiéramos los Ate nienses pasarnos alMedo con la infame condicion de la esclavitud de la Grecia ; que muy muchos son y muy pode rosos los motivos que nos lo impidieran , aun cuando á ello nos sintiéramos tentados. El primero y principal es lid vista de los mismos dioses aquí presentes, cuyos simula . cros aquí mismo vemos abrasados, cuyos templos con doc lor extremo miramos tendidos por el suelo , y hechos no más unos montones de tierra y piedra . ¡Ah ! que nuestra piedad y religion en vez de dar lugar á la reconciliacion y alianza con el mismo ejecutor de tanto sacrilegio y profa nacion , nos pone en una total necesidad de vengar con todas nuestras fuerzas el númen de tanto dios ultrajado. El segundo motivo nos lo da el nombre mismo deGriegos, inspirando en nosotros el más tierno amor y piedad hacia los que son de nuestra sangre, hacia los que hablan la misma lengua, hacia los que tienen la misma religion , la comunidad de templos y de edificios, la uniformidad en las costumbres y la semejanza en el modo de pensar y de vivir. En fuerza de tales vínculos y de nuestro honor, mi ramos por cosa tan indigna de los Atenienses el ser trai dores á nuestra patria y nacion , que os aseguramos de nuevo ahora , si no lo teniais antes bien creido, que mién tras quede vivo un solo Ateniense , nadie tiene que temer que se una Atenas con Jerges en confederacion . Ese vues tro cuidado y empeño que mostrais para con nosotros, que nos vemos sin casa en que morar, tomando tan á pecho nuestro alivio , hasta el punto de ofreceros á la manuten cion de nuestras familias , con toda el alma os lo agrade cemos, amigos Lacedemonios, viendo que no puede subir de punto vuestra bondad para con nosotros . Con todo, en medio de la estrechez y miseria en que nos hallamos, pro