Página:Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo II (1898).pdf/429

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
427

venido con los demas Griegos, iba á perderse Amomfareto con todos los suyos. Estas reflexiones les obligaban á tenor parado todo el cuerpo de los Lacones, esforzándose entra . tanto en persuadir á Amomfareto que aquello era lo que convenia ejecutar, y haciendo todo el esfuerzo posible para mover á aquel oficial, el único de los Lacedemonios y Tegeanos que iba a quedarse abandonado.

LIV. Entretanto , los Atenienses, como conocian bien el humor politico de los Lacedemonios, hechos á pensar una cosa y á decir otra, manteníanse firmes en el sitio donde se hallaban apostados . Lo que hicieron, pues , al levantarse los demas del ejército , fué enviar uno de sus jinetes encargado de observar si los Espartanos empeza ban a partir , ó si era su ánimo no desamparar el puesto , y tambien con la mira de saber de Pausanias lo que les man . daba ejecutar .

LV. Llega el enviado y halla á los Lacedemonios tran quilos y ordenados en el mismo puesto , y á sus principales jefes metidos en una pendencia muy reñida. Pues como á los principios hubiesen procurado Pausanias y Eurianacte dar a entender con buenas razones á Amomfareto que de ningun modo convenia que se expusiesen los Lacedemo . nios á tan manifiesto peligro , quedándose solos en el cam . po, viendo al cabo que no podian persuadirselo , paró la disputa en una porfiaca contienda, en que al llegar elmen sajero de los Aienienses los halló ya enredados, pues ca balmente entónces habia agarrado Amomfareto un gran guijarro con las dos manos, y dejándole caer á los pies de Pausanias, gritaba que alli tenia aquella chinita con que él votaba no querer huir de los huéspedes, llamando huéspe des á los bárbaros al uso lacónico . Pausanias, tratándolo entonces de mentecato y de furioso , volvióse al mensajero de los Atenienses que le pedia sus órdenes , y le mandó dar cuenta á los suyos del enredo en que veia se hallaban sus asuntos, y al mismo tiempo suplicarles de su parte que so