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. que usaron los Alcmeonidas para sobornar á la Pythia, como el embuste con que ésta les alarmó contra los hijos de Pi sistrato , sintieron con tal aviso doblada pesadumbre , viendo por una parte que habian echado de la patria á sus mayores amigos y aliados, y por otra que los Atenienses , recibida aquella merced , no se les mostraban obligados ni agradecidos. Añadíase á estas reflexiones la congoja que ciertas profecías les ocasionaban de nuevo , pronosticándo les muchos agrarios y desafueros que de parte de los Ate nienses les aguardaban . Habían ántes estado del todo ignorantes de dichas predicciones, y entonces habian em pezado á oirlas, habiéndolas traido consigo Cleomenes volviendo de Atenas á Esparta . Sucedió que Cleomenes, es tando en la ciudadela de Atenas, pudo haber á las manos ciertos oráculos escritos que habian estado primero en poder de los Pisistrálidas y habian sido dejados allí por los mismos en el templo de Minerva[1] cuando fueron echados de la ciudad. Cleomenes al salir de la fortaleza quiso llevárselos consigo á Esparta .

XCI. Recibidos dichos oráculos , viendo por una parte los Lacedemonios que los Atenienses , libres ya y de cada dia más poderosos, en nadamenos pensaban que en obede . cerles , y previendo por otra que la gente ática si quedaba en el estado republicano se les igualaria en el poder , al paso que si volvia á verse oprimida con la tiranta 'sé man tendria débil y pronta a dejarse gobernar por ellos[2] ,


  1. Un dogma inconcuso debe deducirse de la historia , á saber: que ninguna nacion civilizada vivió sin Dios y sin revelacion , por más que adulterase culpablemente estas dos ideas fundamentales de toda sociedad ordenada, y por más que se esfuercen los filósofos en forjar un cuerpo civil tan ateo como ellos mismos. De ahí pro vino que los oráculos en Grecia y los libros Sivilinos en Roma fuesen tenidos en tanta estima.
  2. Se ve que elresorte de Esparta en sus resoluciones no era otro que el de mantener a'atidos á los otros Griegos para darles la ley.