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CLXXIV. Es fama tambien que Amasis, siendo partico lar todavia, como jóven amigo de diversiones y convites, y enemigo de toda ocupacion séria y provechosa , cuando por agotársele el oro no tenía con qué entregarse á la crapula entre sus copas y camaradas, solia rondando de noche acu dir á la rapacidad y ligereza de susmanos[1]. Sucedia que negando firmemente los robos de que algunos le acusaban , era citado y traido delante de sus oráculos, muchos de los cuales le condenaron como ladron , al paso que otros le die ron por inocente . Y es notable la conducta que cuando rey observó con dichos oráculos: ninguno de los dioses que le habian absuelto mereció jamás que cuidase de sus templos, que los adornara con ofrenda alguna, ni que en ellos una sola vez sacrificase , pues por tener oráculos tan falsos y mentirosos no se les debia respeto y atencion ; y por el contrario se esmeró mucho con los oráculos que le habian declarado por ladron , mirándolos como santuarios de ver daderos dioses, pues tan veraces eran en sus respuestas y declaraciones.

CLXXV. En honor de Minerva edificó Amasis en Sais unos propileos tan admirables, que asi en lo vasto y elevado de la fábrica como en el tamaño de las piedras y calidad de los mármoles , sobrepujó á los demas reyes: además levantó alli mismo unas estatuas agigantadas y unas descomunales androsfinges[2]. Para reparar los demas edificios mando


  1. Aunque las leyes egipcias prohibian el hurto, como se ve por este pasaje y por la historia referida en el pár. CXXI de esto libro, señalaban un magistrado con el nombre de Archiladron, quien tomaba por escrito los nombres de los que quisiesen profe sar tal oficio , y les obligaba á presentarle sus hurtos: y ante el acudian los dueños de lo robado, que lo recobraban dejando una cuarta parte de su valor en beneficio del ladron . Sin defender esta economía como remedio de mayores males, diré que no era contra ria a la ley natural, pues la potestad suprema puedo moderar el dominio privado de cada uno con ciertas cargas y condiciones á que puede obligarlos.
  2. Esinges con rostro de hombre .