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por ello , pues pagareis con la muerte la vida que le habeis dado.» Y como lo dijo lo ejecutó .

XXXVII. De esta especie de atentados, no menos locos que atroces, hizo otros muchos Cambises, así con sus Per sas , como con los aliados de la corona en el tiempo que se deluvo en Memfis, donde con nota de impío iba abriendo los antiguos monumentos y diciendo mil gracias insolentes y donosas contra las momias egipcias. Entonces fué tam bien cuando entró en el templo de Vulcano, y se divirtió en él, haciendo burla y mofa de su idolo , tomando ocasion de šu figurilla , muy parecida en verdad á los dioses Pataicos fenicios que en las proas de sus naves suelen llevar los de Fenicia . Estos dioses, por si acaso alguno jamás los vió , voy a dibujarlos aqui en un rasgo sólo , con decir que son unos muñecos ú hombres pigmeos . Quiso asimismo Cambi ses entrar en el templo de los Cabiros[1], donde nadie más que á su sacerdote es lícita la entrada; con cuyas estatuas tuvo mucho que reir y mofar, haciendo despues del escar nio que las quemaran . Estas estatuas vienen a ser como la de Vulcano , de quien se dice son hijos los Cabiros .

XXXVIII. Por fin , para hablar con franqueza , Cambises me parece a todas luces un loco insensato ; de otro modo, ¿ cómo hubiera dado en la ridícula manía de escarnecer y burlarse de las cosas sagradas y de los usos religiosos? Es bien notorio lo siguiente: que si se diera eleccion á cual quier hombre del mundo para que de todas las leyes y usanzas escogiera para si las que más le complacieran , nadie habria que al cabo, despues de examinarlas y regis trarlas todas, no eligiera las de su patria y nacion . Tanta es la fuerza de la preocupacion nacional, y tan creidos están los hombres que no hay educacion , ni disciplina , ni ley , vi


  1. No es posible sacar á estos dioses del caos de la mitología , ni dar razon de su nombre, procedencia y número, á menos que se les tome por compañeros de Vulcano, padre de los herreros, venidos de Fenicia á vários lugares de la Grecia .