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más veraz, como veraz elmás falso del universo . Vamos al caso: al portero y guardia de palacio que cortés y atento nos ceda el paso , sabremos despues agradecérselo y pa gárselo bien ; al que haciéndonos frente tuviere la osadia de negarnos la entrada, le trataremos ailimismo como á ene migo; y empezando por él las hostilidades , avanzaremos animosos al ataque de palacio .

LXXIII. Despues de este discurso, toma Gobrias la pala labra :- « Amigos, les dice, trátase ahora de nuestro honor; nada más glorioso á nuestras personas que recobrar el im perio perdido o morir en la demanda si no pudiésemos sa dir con ella . ¿ Pues qué, nosotros los Persas hemos de ser vasallos de un Medo, súbditos de un mago, siervo de un criminal infame y con las orejas cortadas? Bien podeis acor daros los que conmigo os hallasteis presentes al último dis curso del enfermo y moribundo Cambises, no diré de los encargos y mandas que nos hizo , sino de las horrendas maldiciones de que nos cargó , si despues de su muerte no procurábamos recobrar el imperio usurpado . Verdad es que nosotros , temerosos de que no fuera su arenga una calum nia contra Esmerdis, su hermano, no acabamos de darle el crédito que merecia . Ahora repito que me conformo con el parecer de Dario , y añado que nadie salga de esta junta sino para ir en derechura á desocupar el palacio , y a des hacernos luego del mago .» Dijo , y todos á una voz siguie ron el voto de Gobrias.

LXXIV. Entretanto que los coligados estaban en asam blea , sucedió un caso oportunamente llevado por la fortu na . Los magos dominantes acordaron como conveniente atraer á Prejaspes á su partido y confianza, por muchos motivos: uno por saber que habia tenido que sufrir de Cambises las más atrocez injurias, habiendo su hijo caido á sus propios ojos traspasado de una flecha que el rey le disparó; otro por ser Prejaspes ei único ó el que me jor que nadie sabia la muerte que con sus propias manos TOMO I.