Página:Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo I (1898).pdf/365

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
367

lo primero que hizo , sábida la muerle de Policrates, fué le vantar un ara á Júpiter Libertador, dedicando alrededor de ella un recinto religioso , que se ve al presente en los arra bales de la ciudad . Erigido ya el sagrado monumento , llamó á la asamblea á todos los vecinos de Samos y habloles asi: Bien veis, ciudadanos, que teniendo en mis manos el cetro que antes solía tener Policrates en las suyas, si quie ro puedo ser vuestro soberano. Mas yo no apruebo en mi persona lo que repruebo en la de otro , pues puedo asegu . raros que nunca me pareció bien que quisiera ser Policra tes señor de hombres tan nobles como él, ni semejante tiranía podré jamás consentirla en hombre alguno nacido ó por nacer. Pagó ya Policrates su merecido y cumprió su destino fatal. Resuelto yo á depositar la suprema autoridad en manos del pueblo , y deseoso de que todos seamos libres y de una misma condicion y derecho público, solo os pido dos gracias en recompensa : una , que del tesoro de Polícra . tes se me reserven aparte seis talentos; otra , que el sacer docio de Júpiter Libertador, investido desde luego en mi persona , pase á ser en los mios hereditario; privilegios que con razon pretendo, asi por haber erigido esas aras, como por la resolucion en que estoy de restituiros la indepen dencia .» Esta era la propuesta que bajo tales condiciones hacia Menandrio á los Samios: oida la cual, levantóse uno de ellos y le dijo : — « No mereces tú , segun eres de vil y des preciable, de malvado y ruin , ser nuestro soberano. ¡Per diérannos los dioses si tal sucediera ! De ti pretendemos ahora que nos des cuenta del dinero público que has mane jado[1].» El que así so expresaba era uno de los ciudada danos más principales, llamado Telesarco .

CXLIII. Previendo Menandrio claramente que no habia


  1. Esta respuesta, más insolente que libre, muestra que al mando puede aplicarse el proverbio alupum manibus tenes,» siendo más peligroso el soltarlo que molesto el retenerlo .