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y lo que sobrenada de la leche así removida lo recogen como'la Nor y nata de ella y lo tienen por lo más delicado, estimando en menos lo que se escurre al fondo . Para esto ministerio quitan la vista los Escitas á cuantos esclavos co gen , muchos de los cuales no son labradores, sino pastores únicamente .

III. Del trato de estos esclavos con las mujeres habia salido aquella nueya prole de jóvenes, que sabiendo de qué origen y raza procedian , salieron al encuentro á los que volvian de la Media[1]. Ante todo, para impedirles la entra da tiraron un ancho foso desde los montes Táuricos hasta la Meotida , vastisima laguna ; y luego , plantados alli sus rea les, y resistiendo a los Escitas que se esforzaban para en trar en sus lierras, vinieron a las manos muchas veces, basta que al ver que las tropas veteranas no podian ade lantar un paso contra aquella juveniud , uno de los Escitas habló asi á los demas:---- Qué es lo que estamos haciendo, paisanos ? Peleando con nuestros esclaros como realmente pelcamos. si somus vencidos quedamos siempre taotos se ñores ménos cuantos mueran denosotros; si los vencemos,


  1. Sin duda los Escitas invasores de Media , habiendo salido i sin susmujeres, pensaban volver en breve á su país , despues de baber dejado en el Asia algunas colonias. y sin duda se apresura Ton sus mujeres á unirse a losesclavos ciegos, pues aquellos ha llaron ya á su vuelta una falanje de espurios tan crecida . Temo. rosas ellas por su infidelidad , contribuyerop acaso más que el láti. go de los hombres á la reduccion de los esclavos, en cuyo castigo so ensañaron cruelmente . Dos monumentos nos quedan de esta guerra sordil: el uno la estatua ecuestre con el látigo en la mano que se ve en Novogorod, ciudad situada en la antigua Escitia ; el otro la costumbre de presentar las coscovitas á sus futuros espo Sos una var :lla obra de sus manos tantos esclavos nos quedarán despues de ménos cuantos fueren sus muertos. Did lo que he pensado que dejando nuestras picas y ballestas, tomemos cada uno de nosotros el látigo de su caballo, y que blandiéndolo en la mano avan .