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XLV. Despues de estos lamentos llegan los Lydios con el cadáver , y detrás elmatador , el cual, puesto delante de Creso , le insta con las manos extendidas para que le sacri fique sobre el cuerpo de su hijo , renovando la memoria de su primera desventura , y diciendo que ya no debe vivir, despues de haber dado la muerte á su mismo expiador . Pero Creso , a pesar del sentimiento y luto doméstico que le allige, se compadece de Adrasto y le habla en estos tér minos: - « Ya tengo, amigo , toda la venganza y desagravio que pudiera desear , en el hecho de ofrecerte à morir tú

mismo. Pero jah ! no es tuya la culpa, sino del destino, y quizá de la deidad misma que me pronosticó en el sueño lo que habia de suceder. » Creso hizo los funerales de su hijo con la pompa corres pondiente; y el infeliz hijo de Midas y nieto deGordio , el homicida involuntario de su hermano y del hijo de su ex piador, el fugitivo Adrasto, cuando vio quieto y solitario el lugar del sepulcro , condenándose á sí mismo por el más desdichado de los hombres, se degolló sobre el túmulo con sus propias manos.

XLVI. Creso , privado de su hijo , cubrióse de luto por dos años , al cabo de los cuales, reflexionando que el impe rio de Astyages, hijo de Cyaxares, habia sido destruido por Cyro ,hijo de Cambyses , y que el poder de los Persas iba cre ciendo de dia en dia , suspendió su llanto y se puso a medi tar sobre losmedios de abatir la dominacion persiana , án tes que llegara á la mayor grandeza . Con esta idea quiso hacer prueba de la verdad de los oráculos, tanto de la Gre cia como de la Lybia, y despacho diferentes comisionados á Delfos, á Abas, lugar de los Focéos , y á Dodona, como tambien á los oráculos de Anfiarao y de Trofonio , y al que hay en Branchidas, en el territorio de Mileto . Estos fue ron los oráculos que consultó en la Grecia , y asimismo en vió sus diputados al templo de Ammon en la Lybia. Su ob jeto era explorar lo que cada oráculo respondia, y si los ha