de ser visitado de mujeres, habiéndote criado, según he sabido, en la isla bárbara, y no entre bárbaros, sino entre riscos y peñas, de las cuales, si como sacaste la belleza y brío que tienes, has sacado también la dureza de las entrañas, la blandura de las mías temo que no me ha de ser de provecho. No te desvíes, sosiégate y no te alborotes, que no está hablando contigo algún monstruo ni persona qué quiera decirte ni aconsejarte cosas que vayan fuera de la naturaleza humana; mira que te hablo español, que es la lengua que tú sabes, cuya conformidad suele engendrar amistad entre los que no se conocen. Mi nombre es Zenotia; soy natural de España, nacida y criada en Alhama, ciudad del reino de Granada; conocida por mi nombre en todos los de España, y aun entre otros muchos, porque mi habilidad no consiente que mi nombre se encubra, haciéndome conocida mis obras. Salí de mi patria habrá cuatro años, huyendo de la vigilancia que tienen los mastines veladores que en aquel reino tienen del católico rebaño; mi estirpe es agarena; mis ejercicios, los de Zoroastes, y en ellos soy única. ¿Ves este Sol que nos alumbra? Pues si, para señal de lo que puedo, quieres que le quite los rayos y le asombre con nubes, pídemelo, que haré que a esta claridad suceda en un punto escura noche; o ya, si quisieres ver temblar la tierra, pelear los vientos, alterarse el mar, encontrarse los montes, bramar las fieras, u otras espantosas señales que nos representen la con-
Página:Los trabajos de Persiles y Sigismunda - Tomo I (1920).pdf/245
Apariencia