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Página:Los trabajos de Persiles y Sigismunda - Tomo I (1920).pdf/299

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puede venir y viene a ser infame; la liberalidad es una de las más agradables virtudes, de quien se engendra la buena fama; y es tan verdad esto, que no hay liberal mal puesto, como no hay avaro que no lo sea.”

"Más iba a decir, pareciéndome que me daban todos tan gratos oídos como mostraban sus alegres semblantes, cuando me quitó las palabras de la boca el descubrir un navío que, no lejos del nuestro, a orza, por delante de nosotros pasaba. Hice tocar a arma, y dile caza con todas las velas tendidas, y en breve rato me le puse a tiro de cañón, y disparando uno sin bala, en señal de que amainase, lo hizo así, soltando las velas de alto a bajo. Llegando más cerca, vi en él uno de los más extraños espectáculos del mundo: vi que, pendientes de las entenas y de las jarcias, venían más de cuarenta hombres ahorcados; admiróme el caso, y, abordando con el navío, saltaron mis soldados en él, sin que nadie se lo defendiese. Hallaron la cubierta llena de sangre y de cuerpos de hombre semivivos, unos con las cabezas partidas, y otros con las menos cortadas; tal vomitando sangre y tal vomitando el alma; éste gimiendo dolorosamente y aquél gritando sin paciencia alguna. Esta mortandad y fracaso daban señales de haber sucedido sobremesa, porque los manjares nadaban entre la sangre y los vasos mezclados con ella guardaban el olor del vino. En fin: pisando muertos y hollando heridos, pasaron los míos ade-