Ir al contenido

Página:Los trabajos de Persiles y Sigismunda - Tomo I (1920).pdf/349

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
347

mal indomable en generoso caballo, de manera que los muchachos se atrevieron a manosearle, y los caballerizos del rey, enjaezándole, subieron en él y le corrieron con seguridad, y él mostró su ligereza y su bondad, hasta entonces jamás vista; de lo que el rey quedó contentísimo y Sulpicia alegre, por ver que mis obras habían respondido a sus palabras.

”Tres meses estuvo en su rigor el hielo, y éstos se tardaron en acabar un navío que el rey tenía comenzado para correr en convenible tiempo aquellos mares, limpiándolos de cosarios, enriqueciéndose con sus robos. En este entretanto, le hice algunos servicios en la caza, donde me mostré sagaz y experimentado, y gran sufridor de trabajos; porque en ningún ejercicio corresponde así al de la guerra como el de la caza, a quien es anejo el cansancio, la sed y la hambre, y aun a veces la muerte. La liberalidad de la hermosa Sulpicia se mostró conmigo y con los míos extremada, y la cortesía de Cratilo le corrió parejas. Los doce pescadores que trujo consigo Sulpicia, estaban ya ricos, y los que conmigo se perdieron, estaban ganados. Acabóse el navío; mandó el rey aderezarle y pertrecharle de todas las cosas necesarias largamente, y luego me hizo capitán dél, a toda mi voluntad, sin obligarme a que hiciese cosa más de aquella que fuese de mi gusto. Y después de haberle besado las manos por tan gran beneficio, le dije que me diese licencia de ir a buscar a mi hermana Auristela, de quien