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Página:Los trabajos de Persiles y Sigismunda - Tomo I (1920).pdf/350

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tenía noticia que estaba en poder del rey de Dinamarca. Cratilo me la dió para todo aquello que quisiese hacer, diciéndome que a más le tenía obligado mi buen término, hablando como rey, a quien es anejo tanto el hacer mercedes como la afabilidad y, si se puede decir, la buena crianza. Esta tuvo Sulpicia en todo extremo, acompañándola con la liberalidad, con la cual, ricos y contentos, yo y los míos nos embarcamos, sin que quedase ninguno.

"La primer derrota que tomamos fué a Dinamarca, donde creí hallar a mi hermana, y lo que hallé fueron nuevas de que, de la ribera del mar, a ella y a otras doncellas las habían robado cosarios. Renováronse mis trabajos, y comenzaron de nuevo mis lástimas, a quien acompañaron las de Carino y Solercio, los cuales creyeron que en la desgracia de mi hermana y en su prisión se debía de comprender la de sus esposas.

—Sospecharon bien—dijo a esta sazón Arnaldo.

Y prosiguiendo, Periandro dijo:

—Barrimos todos los mares, rodeamos todas las más islas destos contornos, preguntando siempre por nuevas de mi hermana, pareciéndome a mí, con paz sea dicho de todas las hermosas del mundo, que la luz de su rostro no podía estar encubierta por ser escuro el lugar donde estuviese, y que la suma discreción suya había de ser el hilo que la sacase de cualquier laberinto. Prendimos cosarios, soltamos prisioneros; restituímos haciendas a sus dueños, alzámonos con las