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sino que tienen un carácter esencialmente práctico; las reglas, por su parte, carecen de autoridad sino se apoyan en principios, en la ley universal y suprema de que derivan.
3. Existencia de las ideas morales. —Los principios mo- Tales constituyen un orden de ideas aceptado por todos y del que es imposible despojarse.
Siempre se distinguen las acciones buenas de las malas; se aprueban y aplauden las caritativas, hon- radas y meritorias; se rechazan y censuran las irres- petuosas, ofensivas y delincuentes.
Las palabras: bueno, malo, virtud, vicio, deber, derecho, son pronunciadas y comprendidas univer- salmente; las divergencias mismas acerca del signifi- cado y aplicación de estos términos prueba la exis- tencia de las ideas morales, porque no se buscaria lo que son, si no se supiese que existen.
Las ideas morales no nacen de la experiencia ó de la observación de los hechos: son principios racio- nales que descienden á la conciencia para dirigirla, para dar una calificación álas acciones voluntarias.
Estos conceptos de la razón tienen más interés que todos los vtros, por su carácter práctico. Si las acciones humanas fueran indiferentes, si las ideas morales no existiesen, inútil y vano sería el estu-* dio de esta ciencia: mas, si por el contrario, esos principios son absolutos, universales y verdaderos,
