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el vicio termina por embotar su sentimienzo moral y por no oir ya el grito mortificante de la conciencia. Además, esos placeres que la virtud produce y esos terrores que persiguen al vicio ¿qué son, ni qué signi- fican de suyo, sino se les refiere 4 un orden de pre- mios y de penas, que están fuera de nuestra actual condición?
199. La sanción fisica es variable y relativa. Es cierto que la sensualidad y la intemperancia, por ejemplo, arruinan la salud, y que una vida arreglada por la templanza, conserva y fortalece las facultades. Pero ni todas las acciones morales se ligan con el organismo, ni los resultados de esta sanción natural son necesarios, pues dependen de la fuerza de la cons- titución y del temperamento, que es tan vario en los diferentes individuos.
200. Más deficiente es aun la sanción social, bajo cualquiera de las manifestaciones que se la considere.
Todos los actos morales no son apreciados por la opinión pública, ni las sentencias de esta son siempre justas y equitativas. De nada sirve el fallo de la opi- nión á la virtud ignorada ó al crimen ¡queíse oculta en el misterio. La opinión pública, porjotra parte, fácilmente transige con el vicio, lo aplaude, y hasta lo honra, y no reserva para la virtud humilde, más que una compasión estéril.
+ En cuanto á la ley penal está muy lejos de reunir
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