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39. Deberes entre los cónyuges.—Los deberes de los esposos se resumen en el amor, la fidelidad, el auxi- lio y el respeto que deben profesarse.
El amor es la base y debe ser el origen del matri- monio, entendiendo que el amor conyugal abraza la naturaleza integra de los esposos, purga el sensualis- mo de sus impurezas, libra al idealismo de sus estra- vios, y satisfaciendo á la par las tendencias legítimas del espiritu y las necesidades orgánicas, dá á los afectos y apetitos el carácter de moralidad y raciona- lidad que deben tener, engendrando la dulce, tran- quila y santa felicidad que deparan las afecciones del matrimonio.
La fidelidad se deriva de las naturales exigencias del amor y del respeto debido á la féjurada. La fide- lidad debe sobrevivir al amor si éste por desgracia se extinguiera; cuando el amor no obligue al cónyuge á guardar la fidelidad debida, ha de obligarle el respeto á la solemne promesa que otorgó. La fidelidad obli- ga á entrambos esposos, pero reviste más severo carácter y es castigada con mayor rigor en la mujer, en razón de que su falta produce mayores daños y perturbaciones.
Los esposos se deben prestar reciprocamente auxi- lios y atenciones; consuelos en la aflicción y en la desgracia, consejos en la duda, aliento en el peligro y asistencia cariñosa en las enfermedades. Deben
