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derechos; lo que no autoriza al necio para acusar de usurpador al hombre de talento.
Destruir la tamilia, la religión y la propiedad, es matar las aspiraciones más legítimas del hombre, es materializario. La sociedad debe cooperar al fin del hombre, no destruir su dicha, pretendiendo forzarlo á ser feliz.
80. La historia refuerza estas consideraciones.
I. Los Saintsimonianos intentaron el ensayo de su sistema con un fuerte capital, pero en 1331 la discor- dia entre sus jefes hizo que el sistema espirase, ante la sentencia de los tribunales que tuvieron que inter- venir para reprimir la inmoralidad .
II. Los Fourrieristas hicieron también su experi- mento. M. Arturo Yung, en 1841, estableció las ba- ses de la sociedad, después de haberla descartado de muchas ideas escéntricas, no obstante lo cual, no pudiendo cubrirse el minimun de alimentos, la deser- ción empezó y la disolución fué completa.
III. Roberto Owen persiguió con tenacidad su plan y fundó en la América, la New-Harmony, pero los sintomas de desorganización se manifestaron bien pronto, y el fundador, desesperado, tuvo que abando- narla.
IV. Los resultados de los comunistas son bastante conocidos y lamentables para necesitar enumerarlos. Las sociedades no se crean solo con principios econó-
