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pre con verdadera sinceridad; el empleo de los coer- citivos es peligroso,
123. Laguerra.—La guerra es el uso de la fuerza para defender un derecho violado por la fuerza y la violencia.
La guerra no conocia en otros tiempos más limites que la voluntad arbitraria de los beligerantes. Si la antigúedad tenia por base la guerra, la paz es hoy el estado normal; y cuando hay que recurrir á las armas, la moral se encarga de hacer menos sensibles sus ri- gores. Ala n áxima que autorizaba «hacer al enemi- go todo el mal posible», se ha sustituido la de «no causarle sino el que exija la necesidad, para reducirlo á razón».
La guerra, ante todo, debe ser justa, y no lo es sino cuando se han empleado inútilmente los medios pa- cificadores, se ha declarado la ruptura y ha existido para ello una causa legitima.
Se consideran como tales, la violación de los dere- chos fundamentales del Estado, la desposesión violenta, el desconocimiento delas bases del derecho, . y aun los obstáculos que se opongan á su formación y desa- rrollo.
124. La guerra es una relación de Estado á Estado; si estos son beligerantes, enemigos, no lo son nece- sariamente los ciudadanos de esos Estados.
La guerra no hace cesar todas las leyes y por eso es
