Chile me ha dado el privilegio de encabezar por segunda vez el gobierno. Créanme que no solo es un orgullo inmenso, sino una gran responsabilidad. Asumo esta tarea hermosa y decisiva, con el compromiso de gobernar siempre pensando en el bien del país y de su gente.
Hoy podemos hacer de Chile un país de todos y todas.
Amigas y Amigos,
Somos una tierra en la que una y otra vez hemos debido ponernos en marcha para construir y reconstruir nuestros sueños. Nuestra historia nos ha enseñado que lo valioso y duradero es siempre fruto de un esfuerzo compartido.
Esta es una lección que hemos aprendido duramente.
A pocos días de iniciado el gobierno, dos grandes tragedias golpearon a nuestro país. El terremoto en el norte y el gigantesco incendio acá en Valparaíso, ambos han traído dolor a muchos compatriotas. Y con ellos, Chile entero ha sufrido.
Como tantas otras veces, hemos visto en torno a estas emergencias desplegarse la enorme fuerza de nuestra patria: con coraje, con unidad, con generosidad. Hemos visto grupos de voluntarios dispuestos a trabajar mano a mano con las personas que lo han perdido todo.
Se han movilizado también el Estado, sus instituciones y autoridades. Juntos hemos atendido a las necesidades inmediatas de quienes han resultado afectados, pero también hemos estado trabajando en soluciones permanentes que permitan superar la perdida de los hogares de estas familias, y otras perdidas en infraestructura.
La reconstrucción debe estar atravesada por dos grandes objetivos: el bienestar y la dignidad de nuestra gente. En lo inmediato, lo central es actuar permanentemente en esta etapa aun de transición y emergencia.
Estamos disponiendo todos los recursos necesarios, tanto económicos como humanos, para atender las necesidades regionales y enfrentar esta tarea hasta la reconstrucción definitiva.
A los pocos días de las emergencias, designamos delegados presidenciales para la reconstrucción en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Valparaíso. La misma figura que utilizamos para el terremoto de Tocopilla y la erupción en Chaitén.
La experiencia nos enseñó que sin la participación y el diálogo permanente con las comunidades y los actores locales, la reconstrucción se vuelve muy difícil de lograr con éxito.
Quiero agradecer la labor realizada por las Fuerzas Armadas y Carabineros, bomberos, dirigentes sociales, voluntarios y ONGs, que no han escatimado esfuerzos para ayudar a nuestros compatriotas.
Hoy los delegados presidenciales han asumido la coordinación con intendentes y servicios públicos, liderando la búsqueda de soluciones permanentes en el mediano plazo.
En Arica y Parinacota, las viviendas de emergencia que hemos levantado alcanzan a 79. En Tarapacá se han instalado más de 400 viviendas de emergencia y se han realizado 560 transferencias entre subsidios de arriendo y subsidios de acogida en casas familiares.
En Valparaíso, donde el incendio afectó a miles de porteñas y porteños, las viviendas de emergencia instaladas a la fecha llegan a mil 400. Además hemos entregado 117 subsidios de