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Junto con ello hemos entregado 48 consultorios y tenemos 46 más en construcción, lo que permitirá que comunas apartadas como Pica, Juan Fernández, Futrono, Gorbea y La Junta, que jamás habían tenido uno, puedan contar con su propio Centro de Salud Primaria, dotados de ambulancias, equipamiento y tecnología de última generación.

Pero también debemos dotarlos con los médicos especialistas necesarios. A través de más becas para la formación de cirujanos, oftalmólogos, pediatras, traumatólogos y ginecólogos, lograremos contar con tres mil nuevos médicos especialistas, atendiendo a los chilenos en todos los rincones de nuestro país.

Luego de más de diez años de tramitaciones, hace unos días promulgamos la Ley de Derechos y Deberes del Paciente, que garantiza a todos los usuarios del sistema público y privado de salud un conjunto de derechos fundamentales como: ser tratados siempre por su nombre, que le respeten las horas y plazos convenidos, que le den un diagnóstico claro de su enfermedad y el tratamiento que necesita, que le respondan claramente sus dudas, ser visitados por sus familiares y recibir asistencia espiritual si lo desea. De esta forma, cada consulta, cada parto, cada cirugía y cada trasplante serán realizados siempre con profesionalismo y cariño. Estos derechos deberán quedar expuestos al público en todos los hospitales, clínicas y consultorios del país y serán exigibles ante la Superintendencia de Salud. Y porque no hay derechos sin obligaciones, la ley también establece un conjunto de deberes necesarios para garantizar los derechos del personal de salud y cuidar las instalaciones y equipamiento del recinto.

La salud es como la justicia: cuando tarda mucho no sirve. Por eso nos alegra inmensamente haber terminado con el padecimiento de los 380 mil chilenos afectados por las listas de espera para una cirugía o tratamiento AUGE y haber reducido a la mitad los casi 90 mil pacientes que llevaban más de un año en listas de espera por enfermedades no AUGE. Esto es el resultado del Bono AUGE y del esfuerzo de los funcionarios de salud, a quienes agradezco profundamente. Seguiremos trabajando para que las listas de espera en el sistema de salud sean parte de su historia, al igual que enfermedades como la Rubeola o la Poliomelitis.

A través de la Licencia Médica Digital, el sistema de huella dactilar y los bonos electrónicos, estamos previniendo su uso fraudulento y facilitando la vida y acercando la salud a todos los chilenos. Hoy más de la mitad de los 25 MM de bonos Fonasa de cada año, se emiten electrónicamente desde el propio hospital.

Y gracias al programa “Chile Atiende”, hemos aumentado de 120 a 200 los Centros de Atención de Fonasa, permitiendo a los habitantes de 52 comunas pequeñas, como Chañaral, Pichilemu o Futaleufú, recibir sus bonos en sus propias localidades.

Adicionalmente, nos estamos haciendo cargo de la falta de farmacias de turnos en muchas comunas del país. El año 2009, en toda la Región Metropolitana, habían solo cinco farmacias disponibles las 24 horas del día, y todas concentradas en el sector oriente de la capital. Hoy contamos con más de 52 farmacias de turno en Santiago y 141 a nivel nacional.

Por otra parte, concientes que los remedios representan casi la mitad del gasto de las familias en salud, y mucho más tratándose de adultos mayores o enfermos crónicos, hemos presentado a este Congreso dos proyectos de ley para bajar sustancialmente sus costos. El primero, la Ley de Fármacos y Bioequivalencia, que impedirá a los médicos recetar solo remedios de marca cuando exista una alternativa equivalente y más barata. Y también exigirá a los laboratorios la venta unitaria de medicamentos, para evitar que los usuarios deban comprar una caja entera cuando solo necesitan algunas dosis. El segundo proyecto autoriza la venta de medicamentos que no requieran receta médica, en supermercados y almacenes. Ambos significarán una rebaja en los precios de los medicamentos del orden del 20 o 25 por ciento, y un importante alivio al presupuesto familiar.