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Cachivachería

Papel no menos importante que Terreros hizo, en la guerra de Independencia, otro sacerdote de la orden seráfica. El teniente coronel fray Luis Beltrán fué quien fundió los cañones que trajo San Martín á Chacabuco. En el Perú prestó también á la causa americana útiles servicios, como jefe de la Maestranza y parque; pero injustamente desairado un día, en Trujillo, por el Libertados, fray Luis Beltrán intentó asfixiarse. Aunque salvado á tiempo por un amigo, nuestro franciscano quedó loco. La figurita, como llamaba el infeliz patriota á Bolivar, era el tema constante de su locura.

El comandante Beltrán pudo curarse, y regresó á Buenos Aires, donde volvió á vestir el santo hábito, muriendo poco tiempo después.


II


Afianzada la Independencia, renunció fray Bruno su clase de coronel, solicitando de Bolívar, por toda recompensa de sus servicios á la causa nacional, el permiso de volver á su convento. El guardián de San Francisco vió la pretensión de mal ojo, recelando sin duda que el ex guerrillero trajése al claustro costumbres belicosas. Informado de ello Bolívar, se dirigió al gobernador del arzobispado con los dos oficios siguientes:


Marzo 4 de 1825.—Al Gobernador del Arzobispado.—Cuando por el feliz estado de las cosas ha creído el coronel don Bruno Terreros que sus servicios no son de necesidad, ha solicitado del gobierno permiso para retirarse á sus claustros del convento de San Francisco, de cuya religión es hijo; y Su Excelencia el Libertador, teniendo por esta solicitud toda la consideración que ella se merece, por la conocida piedad que ella demuestra, se ha servido acceder; y en su consecuencia, ha quedado el coronel Terreros separado del servicio y en estado de restituirse á su convento. Pero como no sería justo que se echase en olvido ni viese con indiferencia la buena con-