Página:Mis últimas tradiciones peruanas y Cachivachería (1906).pdf/554

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
546
Ricardo Palma

su casa, para impedir cualquier desbordamiento del populacho.

Alentados los enemigos del estadista argentino, pidieron entonces su arresto: y creciendo de hora en hora la exaltación, el gobierno, para salvar la vida de Monteagudo, lo embarcó, en la madrugada del 30, en la goleta de guerra Limeña, que inmediatamente zarpó para el Norte.

A la vez que el 26 de Julio pedía en Lima el amotinado pueblo la cabeza de Monteagudo, celebrábase en Guayaquil la famosa entrevista entre San Martín y Bolivar.

Al regresar á Lima el Protector, el 19 de Agosto, se indignó mucho contra el débil Torre Tagle, que se había dejado subyugar por un puñado de demagogos. Inmediatamente decretó la reunión de un Congreso, y en el mes próximo entregó al Cuerpo legislativo la insignia del poder supremo.

Dos días después se alejaba para siempre del Perú el abnegado y valeroso San Martín.


V


Que Monteagudo y San Martín, como Puirredón y O'Higgins, trabajaron por monarquizar la América, es punto históricamente comprobado. No los recriminamos. Tal pensamiento era en ellos fruto de una convicción honrada y ajena á móviles mezquinos ó de lucro personal. Pudieron equivocarse, pero hagámosles la justicia de reconocer en ellos honradez de miras.

O'Higgins dió instrucciones al ministro Irisarri para que buscara en Europa un príncipe á quien entregar el gobierno del reino de Chile.

Puirredón, en Buenos Aires, encargaba á Rivadavia idéntica tarea.

La misión que San Martín y Monteagudo confiaron á García del Rio y Paroissien, no se limitaba sólo á la realización de un empréstito en Londres y reconocimiento de la Indepencia peruana por el gabinete de San James, sino que se extendía a buscar entre los príncipes de la sangre, uno que sin más condición que la de abjurar del protestantismo, aceptara el título de emperador del Perú.