se le podía aplicar aquella , según algunos, equivocada traducción del griego: « ¡ Gloria à Dios en las alturas y paz á los hombres de buena voluntad en la tierral» pues, como veremos más adelante, no basta que los hombres tengan buena voluntad para vivir en paz. Los impíos le tomaban por tonto , los pobres por despiadado, cruel explotador de la miseria , y sus inferiores por déspota y tirano. ¿Y las mujeres? ¡Ah , las mujeres! Rumores calumniosos zumban en las miserables casas de nipa[1] y se asegura oírse lamentos , sollozos, mezclados á veces con los vagidos de un infante . Más de una joven es señalada por el dedo malicioso de los vecinos: tiene la mirada indiferente y el seno marchito. Pero estas cosas no le quitan el sueño; ninguna joven turba su paz; una vieja es la que le hace sufrir, una vieja que le hace la competencia en devoción , y que ha merecido de muchos curas más entusiásticos alabanzas y encomois que él en sus mejores dias consiguiera. Entre capitán Tiago y esta viuda , heredera de hermanos y sobrinos, existe una santa emulación ; que redunda en bien de la Iglesia , como la competencia de los vapores de la Pampanga redundaba entonces en bien del público. ¿ Regala capitán Tiago un bastón de plata con esmeraldas y topacios á una Virgen cualquiera? pues ya está doña Patrocinio encargando otro de oro y con brillantes al platero Gadáunez ; que en la procesión de la Naval , capitán Tiago levantó un arco con dos fachadas , de tela abollonada , con espejos, globos de cristal , lámparas y arañas, pues doña Patrocinio tendrá otro con cuatro fachadas , dos varas más alto, más colgajos y pelendengues. Pero entonces el acude á su fuerte , á su especialidad , á las misas con bombas y fuegos artificiales, y doña Patrocinio tiene que morderse con sus encías los labios, pues, excesivamente nerviosa, no puede soportar el repiqueteo de las campanas y menos las detonaciones. Mientras él sonríe, ella piensa en su desquite y paga con el dinero de los otros á los mejores oradores de las cinco Corporaciones de Manila, a los más famosos canónigos de la Catedral y hasta á los Paulistas para predicar en los días solemnes sobre temas teológicos y profundísimos á los pecadores que sólo comprenden len-
- ↑ Nipa fruticans, Burm. En Filipinas , se da el nombre de casas de nipa á las que tienen el techo formado con las anchas hojas de ese árbol.