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NOLI ME TÁNGERE

—Crisóstomo!-dijo.-Dios te ha en viado para salvarme de la desesperación... Oyeme y júzgame! Ibarra quiso deshacerse dulcemente de ella.

—No he venido á pedirte cuentas... Quería verte, quería decirte adiós por última vez y nada más!.. ¡Me queda quizás tan poco tiempo de vida!..

Tendré que marcharme tan lejos si vivo!...

—Crisóstomo, por piedad, escúchame; no me desprecies injustamente; no me guardes rencor! Ibarra sonrió con amargura.

—Has dudado de mí, has dudado de la amiga de tu infancia, que jamás te ha ocultado un solo pensamiento-exclamó con dolor la joven.-Tenías razón! ¡Me acusaban las aparienciasl Sin embargo, cuando sepas mi historia, la triste historia que me revelaron durante mi enfermedad, te compadecerás de mí y no te sonreirás irónicamente de mi dolor.

Maria Clara se calló un momento; luego continuó: -En una de las dolorosas noches de mi enfermedad, un sacerdote me reveló el nombre de mi verdadero padre y me prohibió tu amor... á no ser que mi padre mismo te perdonara el agravio que le habías inferido.

Ibarra retrocedió y miró espantado á la joven.

—¿Qué estás diciendo?... Te has vuelto loca?...

Tu padre?... ¿ El tu padre?... El infame, el asesino, el sacrílego?... ¿El padre Dámaso tu padre?...

Si, tenías razón; hiciste bien en olvidarme; yo no podía casarme con ia hija de un hombre que persiguió á mi padre hasta después de muerto... ¡Yo no podía casarme con la hija del padre Dámaso, que me arrebató con saña cruel la honra y la felicidad!... ¡Ahora comprendo por qué ese hombre me