Esta página ha sido validada
98
NOVELAS Y FANTASIAS
bles seres que son una calumnia viviente de su sexo!...
Hicimos una pausa; ambos reflexionábamos en lo mismo quizá.
De pronto, como sacando una conclusión de mis pensamientos:
— Sin embargo, yo no la olvidaré; dije.
— ¿Por qué? me preguntó sonriente, y como si esperase mi contestación.
— ¡Por que ella es digna de ser amada! murmuré suspirando.
Córdoba 19 de febrero de 1887.