Esta página ha sido validada
202
NOVELAS Y FANTASIAS
cretas miradas, para abandonarse al cariño de aquella mujer, la dijo:
- Si es cierto que me ama V., voy á pedirla un sacrifício.
- ¿Cuál? preguntó ella, sonrojándose.
- Es imposible conversar aquí; cada uno de los que asisten al baile es un importuno y curioso testigo, que observa hasta nuestras más mínimas acciones...
- ¡Oh! interrumpió Isabel, creyendo ya escuchar las mil habladurías de aquella sociedad selecta, los mil chismes de salón que se iban á levantar al rededor de su nombre, si llegara á sospecharse algo.
- Así, continuó él, casi inmediatamente, es bueno que abandonemos este salón, y vayamos á alguno de los gabinetes contígüos, donde podremos hablar con libertad durante algunos minutos.
Quedó convenido. Nadie sospecharía: