- ¡No estoy enfermo pero María no quiere que coma mucho, y no como. Dice que esas son cosas de los ganapanes.
- ¡Los ganapanes! exclamó un caballerete pálido y escuálido, que se hallaba al otro extremo de la mesa, y que no había oido más que esa palabra. ¿Cuándo se borrará esa voz del diccionario? Justamente ahora, tomando por pretesto la falta de trabajo, ponen el grito en el cielo, y reclaman protección de las clases altas amenazando con motines y revoluciones. ¡Como si ellos merecieran algo más que lo que tienen!... Y no solo son ellos los que alzan la voz, sinó que tambien hay algunos de esos obreros, de esos almaceneros y mercaderes, ó carpinteros y peones de mano enriquecidos, que los ayudan en sus tareas desquiciadores... ¡Eso y no más faltaba!...
Juan, que había oido atentamente este