siempre ... Yo lo ignoro todo, ya lo he dicho; mis palabras no pueden ser más que vulgares, pero no importa; además, no pretendo defender á las clases pobres, porque no hago caso de ellas; pretendo que nos defendamos á nosotros mismos; quiero decir, que cuando las masas se levanten, no sean enemigas nuestras, sinó que hagan el tiro más arriba; eso está en nuestro interés, en nuestro egoismo: ayudemos á los pobres, y ellos nos respetarán cuando llegue la hora de las represàlias ...
La mayor parte del auditório se puso á reir; María, roja como una amapola, hacía vanamente señas á Juan para que se callase; el vejete calvo tomó la palabra:
- ¡Bravo! ¡Bravo! Salvo algunas correcciones de que es susceptible vuestro discurso; salvo la ausencia completa de originalidad que en el se nota, podría