mera vez me puse la careta, la he conservado cubriéndome el rostro durante un año entero. ¡Aquel año de locura en que juntos rodamos por el lodo, entre mujeres infames y hombres abyectos, respirando una atmósfera saturada por el hálito de todos los viciosos, de todos los seres débiles y desgraciados que esperan hallar alivio á sus pesares en medio de la degradación!....
¡Eso es lo que nunca perdonare á Laura; eso es lo que nunca me perdonaré á mi mismo! .....
¡Noche terrible fué aquella!
Escuchaste de mi boca las palabras de esa mujer. Estúdialas, y dime si puede llegar á más alto grado el cinismo en una joven que apenas ha pisado los umbrales de la vida, cuyo corazón debía haberse apenas abierto á las pasiones, ¡Y ya abyecta, ya cínica! ....