Página:Obras completas del doctor D. Manuel Milá y Fontanals - III (1890).djvu/37

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En medio del disgusto que el silencio del Gobierno le causaba, estos testimonios continuos de buena amistad por parte de hombres de todos los partidos, le eran en gran manera satisfactorios, y muchas veces le arrancaban lágrimas de agradecimiento. Mas no se concretó á la separación del archivo la persecución de que fué víctima, sino que su causa fué allanada á media noche por los agentes de la llamada Junta de Vigilancia, en el día 29 de Octubre de 1841, viéndose obligado á refugiarse en su solitaria casa de campo y á separarse de su familia. Pero en aquellas soledades de que tan buenos recuerdos guardaba, su espíritu se fué tranquilizando paso á paso, y entregado á sus habituales prácticas religiosas, á sus meditaciones filosóficas y á las observaciones agrícolas que siempre le fueron gratas, llegó á olvidar los desengaños del mundo y á vivir sólo para los suyos que de vez en cuando le visitaban. La ociosidad forzosa á que se le había condenado la empleó en mejorar su patrimonio, y en madurar planes de publicaciones literarias que más adelante llevó á cabo. Escribía desde aquel punto á su familia: «Si no están aún satisfe-

    mords de plus, et un titre nouveau à la reconnaissance des esprits studieux."
    Véase también lo que sobre el mismo punto dice en su obra De la Instrucción pública en España D. Antonio Gil y Zárate, director general que ha sido de este ramo. - Madrid 1855. - Tomo III, pág 365. «Deudor de su bien entendido arreglo y de la fama que en toda Europa tiene, es este archivo (de la Corona de Aragón) al ilustrado D. Próspero de Bofarull que ha estado al frente de él durante muchos años. El espíritu de partido que debiera respetar á hombres de esta clase, ajenos por otra parte á las luchas políticas, había separado á tan insigne varón, en 1840, del puesto modesto donde tan grandes servicios hiciera. En 1844, al encargarme del ramo de Instrucción pública, creí deber mío proponer la reparación de este agravio hecho á la ciencia no menos que á la persona, y así se acordó por el Sr. Ministro Pidal. Agobiado de años, pidió al fin su jubilación, habiéndole reemplazado su hijo D.Manuel.»