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MORALISTAS GRIEGOS.

quisiere esto, querrá que no tenga leche la higuera.

Absolutamente será bueno que te acuerdes que dentro de brevísimo tiempo, tanto tú como esotro enemigo[1] moriréis, y que poco después ni aun de vuestro nombre quedará memoria.

Echa de tí esa mal entendida opinión[2], y con eso no se incurre en la queja importuna de decir, he sido infamado, precávete de esto también y así se evita todo daño.

Todo aquello que no hace que un hombre sea en sí peor de lo que antes era; esto no empeora su vida ni le acarrea mengua alguna ni exterior, ni interiormente.

Por su propio interés y provecho se vió obligada la naturaleza á producir esto que vemos.

Advierte bien, que todo çuanto sucede hay razón para que acontezca; porque si tú lo pensares atentamente hallarás, no digo solo, que todo viene en fuerza del orden[3] y enlace de los hados; pero aun todo, la luz natural sacará de la boca de todos un testimonio expreso á favor de la libertad.

[1] Contra el odio implacable sirve de gran remedio el acordarse que uno es mortal.

[2] Esto es sin duda, porque un sabio en este Pórtico se halla á cubierto de toda injuria.

[3] Si se para uno solamente en la superficie tendrá por sanisimo todo este párrafo, que de palabra nos pinta razón en el hado, orden en los efectos, justicia en los sucesos. He aquí los caracteres de la Providencia cristiana, la cual todo lo ve, dispensa y distribuye con justicia. Pero si se pasa más adelante y se mira al meollo de la doctrina que se trasluce con no sé que horror y obscuridad, por entre aquellas voces, en fuerzu del orden y enlace de los hados, hallará, que con razón se dijo: nimium ne crede colori. Porque este enlace no viene á ser otra cosa, que una conexión de todas las naturalezas, causas y partes del universo, en la cual consiste la


  1. 1,0 1,1
  2. 2,0 2,1
  3. 3,0 3,1