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MORALISTAS GRIEGOS.

y los que podrán sobrevenirla, también la son del mismo modo indiferentes.

Mientras que la mano haga lo que es propio de la mano, y el pie lo que asimismo es peculiar del pie, ni la mano ni el pie tienen un trabajo que no sea natural; del mismo modo, pues, en tanto que el hombre haga lo que es privativo del hombre, su trabajo no es superior á sus fuerzas naturales; de consiguiente, tampoco es para él mal alguno no siendo fuera de lo natural, su fatiga.

Cuántos deleites suelen percibir y gozar los ladrones, prostituidos, parricidas y tiranos! ¿No ves cómo los artífices mecánicos, aunque suelen condescender algún tanto con los idiotas é ignorantes de su arte, no por eso dejan de alegar contra ellos sus razones é insisten en no separarse de ellas? Ahora bien: gno sería mal visto que un arquitecto ó un médico hiciese más aprecio de lo que prescribe su arte, que un hombre hace de lo que le dicta la razón, la cual es común al mismo hombre y á los dioses? El Asia, la Europa, son unos rincones ó ángulos del universo: el mar entero es una menudísimaparte de agua del universo; el monte Athos es un pequeñito terrón del mundo; todo tiempo presente es un punto de la eternidad; todas las cosas son de turo á que uno no haya dado libremente ó dé causa, dice bien M. Aurelio, que nada nos va ni viene en ello, y por lo mismo cualquiera puede cerca de esto in utramque aurem dormire; si bien no falta quien para averiguarlo dice lo del Poeta, A en., lib. VIII.

Flectere si nequeo superos, Acheronta movebo.