Página:Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf/196

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
138
MORALISTAS GRIEGOS.

Recógete dentro de ti mismo, supuesto que la mente racional es tal por naturaleza, que vivirá contenta consigo misma, obrando con justicia y logrando, además de eso mismo, la tranquilidad más apetecible.

Borra esas ideas de tu fantasía; reprime los impetus desordenados del apetito; cíñete al tiempo presente; penetra bien cuanto á tí ó á otro acontezca; distingue y divide todo objeto en causa eficiente y material; piensa en la última hora[1] de tu vida; la falta cometida por otro, déjala allí adonde subsiste el pecado.

Conviene extenderse en la contemplación de lo que se hable, y penetrar con la consideración lo que se haga y quien lo esté haciendo.

Adórnate con la simplicidad, la modestia y la indiferencia é igualdad de ánimo cerca de las cosas de suyo medias entre la virtud y el vicio; ama al linaje humano; sigue á Dios[2], porque, como dice aquel poeta[3], Todo de arriba viene así ordenado.

[1] Esta meditación es una de las más eficaces para contener á los hombres en los limites de la razón, y más ignorando cuál será aquel instante en que debemos dar cuenta de nuestros excesos.

[2] Sobre el autor de la célebre sentencia, sigue y obedece á Dios, disputan más los escritores, de lo que los griegos porfiaban sobre la patria de Homero. Filón dice que fué Moisés, de Migrat. Ad. Stobeo, Eclo., tom. 1, lib. 11, tit. 111, escribe que fué Homero. Boëth., Consol. lib. I, cap. Iv, asegura que ha sido Pitágoras. Epicteto, dis., lib. 1, cap. XX, enseña que fué Zenón. Marco Tul., de Finib., lib. 1v, es de parecer que ha sido alguno de los siete sabios de la Grecia.

[3] No es fácil averiguar quién fuese aquel que lo dijo, habiendo escrito lo mismo varios autores.


  1. 1,0 1,1
  2. 2,0 2,1
  3. 3,0 3,1