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M. AURELIO.—SOLILOQUIOS.

Ten bien entendido que los hombres, aunque te revientes, sin embargo harán siempre lo mismo.

En cualquier acaso lo principal es que no te turbes, porque todo acontece según lo lleva la naturaleza del universo, y muy en breve perecerás, no dejando rastro de tí en parte alguna, como sucedió con Adriano y Augusto. Después, contemplando con atención la cosa, indaga lo que es en si misma, y reflexionando que te conviene ser hombre virtuoso, ejecuta constantemente lo que exige de tí la naturaleza humana, y dí siempre lo que te parezca más justo, con intención sana y la mayor modestia, sin que haya doblez.

La ocupación ordinaria de la naturaleza universal se reduce á transportar lo que se halla en este lugar á otro, convertirlo en otra cosa y quitarlo de acá y llevarlo allá. Todo es una continua mutación; de modo que no se puede. temer que suceda algo de nuevo, siendo todo cosa sabida, además de que las disposiciones son siem pre iguales.

Toda naturaleza queda contenta haciendo su carrera prósperamente; empero la naturaleza racional sólo camina con felicidad no asintiendo á ninguna idea falsa ni obscura, encaminando únicamente sus intentos á hacer obras en beneficio del público, ocupando solamente sus deseos y aversiones en lo que penda de su arbitrio, y aceptando con resignación todo lo que la común naturaleza le dispensare, por ser una parte de ésta, como la naturaleza de una dejó de conocer esto nismo San Agustin, cuando escribió: Etiam qui imperant, serviunt eis, quibus videntur imperare.

De Civitat. Dei, lib. XIx, cap. XV.