Página:Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf/264

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
206
MORALISTAS GRIEGOS.

consiste[1] el hacerlo soportable, aunque sea insufrible, juzgando, ó que te conduce ó que es de tu obligación el que así lo hagas.

Si tu prójimo deslizase, procura amonestarlo amigablemente y hacerle ver la fragilidad en que ha incurrido. Pero si no te es posible el reducirlo, échate á tí mismo la culpa de tu poca habilidad, ó quizá ni aun á tí mismo tendrás por qué echarte culpa alguna.

Todo lo que te va aconteciendo, eso mismo[2] se te había dispuesto desde la eternidad; y es, que la encadenada serie de causas fatales desde el principio entretejió con tu existencia aquellos acontecimientos.

Ó bien dominen los átomos, ó la Naturaleza gobierne todas las cosas, dése por asentado: primeramente, que yo soy una parte del universo dirigido por la Naturaleza; en segundo lugar, que yo tengo un cierto vínculo y parentesco con las otras partes que son de mi mismo género. Porque yo, acordándome de esto, en cuanto me considerare como una parte, no me avendré mal con cosa alguna de las dispensadas por el universo; puesto que no es nocivo á la parte aquello que conduce al todo, ni tam- [1] Lo mismo dijo Séneca, ep. 78: Levem illum dum putas facies.

[2] Mejor se explicó S. Greg., In Job, lib. 12, cap. I. uNulla, que in hoc mundo hominibus fiunt, absque omnipotentis Dei consilio occulto veniunt; nam cuncta Deus secutura præsciens, ante secula decrevit, qualiter per secula disponantur.» Sobre lo que llevamos notado antes de ahora acerca del hado estoico, añadiremos lo que dice Cicerón, De Nat.

Deor., lib. 1: «Fatalem quandam necessitatem, qua quicquid accidit, id ex æterna veritate, causarumque continuatione fluxisse dicatur.»


  1. 1,0 1,1
  2. 2,0 2,1