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MORALISTAS GRIEGOS.

más alto la consideración, que si los átomos no reitodo por consiguiente lo gobierna la Naturaleza: si esto es así, lo inferior se hizo por causa de lo superior, y las cosas sobresalientes las unas por razón de las otras.

En segundo lugar, qué tales son á sus mesas, en sus camas y lo demás. Pero reflexiona con particularidad en qué necesidad tan dura les ha puesto su mismo modo de pensar, y con cuánta ostentación y pagados de su dictamen prosiguen en sus errores.

En tercer lugar, que si éstos ejecutan eso con larectitud debida, no es razón que nos indignemos contra ellos; pero si no obran rectamente, ya se ve que lo hacen sin plena libertad y por su ignorancia.

Pues todo hombre, del mismo modo que mal de su grado carece de la verdad, así también se halla faltodel conocimiento con que debe portarse con cada uno según lo merece; por eso llevan con impaciencia[1] el oirse llamar injustos, ingratos, avaros, y, en una palabra, faltos de caridad para con el prójimo.

En cuarto lugar, que tú también cometes muchos yerros y eres otro tal como ellos[2]; y aunque te nan,[1] | Ah! que no es esa la razón las más de las veces, sino que nadie consiente que le den en público esos bellos titulos de infamía, aunque conozca bien que le son debidos por lo que en su interior comete adredemente. Los hombres noquieren ser buenos é intentan parecerlo; eligen ser malos y rehusan pasar plaza de tales.

[2] Yo no sé lo que M. Aurelio tendría en su pecho; lo que veo es que esta confesión está llena de la más profunda humildad, virtud que si no la alcanzó la Filosofia, por lo menos conocida la aprobó, y aprobada la recomendó: « Nemo invenitur, qui se possit absolvere: et innocentem quisquis


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