Página:Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf/366

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
308
MORALISTAS GRIEGOS.

aviso que vienen á darle de haber muerto alguno de sus amigos, afligiéndose y llorando, dice: Sea para bien. Es tan necio, que llama testigos para recibir el dinero que le vienen á pagar. Castiga á su criado porque en la fuerza del invierno no le ha comprado en la plaza pepinos ó melones. Estrecha á sus hijos, aún pequeños, á que luchen y corran hasta que se fatiguen demasiado. El que cociendo lentejas en su campo para los trabajadores, les echa sal dos veces, de suerte que no pueden comerlas. El que cuando llueve: Bellamente, dice; mira (y digan otros lo que quieran), esta es la pez del cielo. Si alguno le pregunta si sabe cuántos cadáveres han sacado á enterrar por la puerta del osario: Ojalá, responde, que tú y yo tuviésemos otros tantos, XV.

DE LA ASPEREZA.

La aspereza es dureza en el trato y conversación con los demás. El áspero, pues, es de este modo: Preguntado dónde está alguno, dice: Déjame, no me molestes ni des quehacer. Si alguno le saluda, no le corresponde. Si vende alguna cosa, no responde á los compradores á qué precio; antes pregunta él mismo al comprador: ¿Pues qué tiene de malo? A las personas que le manifiestan estimación y le envían dones