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LA TABLA DE CEBES.

ella un poco de tiempo, y tomen de ella lo que quisieren, como para alivio del camino, y que luego pasen de allí con gran presteza á la verdadera Doctrina. Esto es lo que el Genio les encarga. Cualquiera, pues, que excediere en algo de esta orden, ó no fuere obediente á ella, perecerá como malo malamente. La fábula, pues, amigos, que está pintada en esta Tabla, esto significa. Pero si algo se os ofrece más que preguntarme, podéis muy bien, porque yo os lo diré todo.

— Muy bien dices, le respondí yo. ¿Pero qué es lo que el Genio les manda?

—Lo que les pareciere ser útil para ellos.

—¿Y eso qué es?

—Las Letras, dice; y de todas las demás ciencias, aquellas que dice Platón que sirven como de freno para la gente moza, para que no tuerza á ninguna parte.

—¿Y es necesario apercibirse de eso el que ha de arribar á la verdadera Doctrina, ó no?

— No es, dice, cosa necesaria, pero son cosas provechosas; aunque para el ser más virtuosos, ninguna cosa importa todo eso.

—De manera que dices que todo eso no es de ninguna importancia para ser más hombres de bien?

— Sí; porque es posible sin nada de todo eso ser hombres de bien; pero con todo eso, no son cosas sin fruto. Porque así como algunas veces comunicamos algunos negocios por medio de intérprete, y con todo eso no fuera ningún inconveniente que nosotros tuviéramos más entera noticia de la lengua, si algo hemos percibido; de la misma manera, sin estas doctrinas puede uno ser hombre virtuoso.