OBRAS nE Shakespeare.
confundimos le representado con la realidad; y, por tanto, no hay inconveniente en suponer entre escenas ó entre actos la duración de liempe que se quiera; del mismo modo que durante una hora de leetura concedemos todo ei espacio de tiempo necesario para la vida de un héroe ó la revolución de un imperio.» «Lo mismo con el cambio de ugar...» Y Johnson extrema su disidencia hasta el punlo de finalizar cou la conciusión siguiente: «Asi, pues, un drama con arreglo á las unidades es el producto superfiuo y ostentoso de un arte que se afana en manifestar más bien lo posible que lo necesario.»
Samuel Jobnson, pues, infrió una herida mortal á la teoría de las unidades; pero la preocupación no murió en el acto. Todavía Shakespeare Siguió siendo censurado mucho tiempo per no haber sabido escribir dramas «CONFOR- ME À LAS REGLAS de las unidades dramáticas.
XLI.
Censuras por la inobservancia de la Justicia poétion.
Para la mejor inteligencia é interpretaciún de las obras de GUILLERMO Shakespeare-y aur para el squilatamiento de la crítica literaria en general-fué, pues, un gran progreso la disidencia de Samuel Johnson respecto de las uaidades aristotálicas. Pero, por desgracia, ese progreso fué por entonces el único.
La escuela del criterio clásico habia formalado (además de los expuestos) otros muchos canones que no ho tenido ocasión de mencionar aún; y entre ellos los de la probalilidad y la JuSTIcIA PUÉTICA.
